Director: M. Night Shyamalan

Intérpretes: Joaquin Phoenix, Bryce Dallas Howard, Adrien Brody, William Hurt, Sigourney Weaver, Brendan Gleeson.

Nacionalidad: Estados Unidos

Duración: 104 minutos.

por Asier Sisniega

El Bosque (The Village) es el sexto largometraje del director de origen indio M. Night Shyamalan, que saltó a la fama mundial tras dirigir el Sexto Sentido. A pesar de su prometedora carrera, en sus siguientes películas ha ido bajando la calidad hasta rozar ya niveles bastante pobres con Señales. Bien es cierto, que por momentos sus últimas películas son una auténtica gozada para el espectador, pero no lograba rematar la jugada como sí lo consiguió en el Sexto Sentido. No es que falle en sus últimas películas en el clímax final, que lo hace, sino también en la credibilidad general de la historia. Su particular tempo narrativo, heredado de la cultura hindú y su visión de la vida, lo hacen un director muy diferenciado del resto de Hollywood. Si a esto unimos como él mismo reconoce que no ha pasado más de 4 días de su vida en Los Ángeles, sin contacto con los peces gordos de la industria, le convierte en un director con un estilo propio inconfundible.

La historia arranca en un aislado pueblo de Pennsylvania, donde una comunidad reside sin ningún contacto con el exterior. El motivo es el bosque que rodea el poblado, donde habitan bestias carnívoras con las cuales han acordado un pacto para evitar la mutua agresión. Por las noches, vigilan el perímetro del pueblo, tratando de ahuyentar a las bestias por medio del fuego y cuidando de no mostrar nada que contenga el color rojo, el cual les atrae especialmente. Varios de los habitantes han muerto por la falta de medicinas, entre ellos el mejor amigo de Lucius Hunt, por lo que éste propone aventurarse en el bosque y conseguir medicinas en la ciudad. Lucius conjetura acerca de si estos seres respetarán el paso de un hombre con fines nobles. Todo se complica con la intrusión de las bestias en el pueblo y la aparición de numerosos animales muertos con las pieles desgarradas.

La premisa del filme es excelente, una comunidad que lucha por sobrevivir aislada, resignados a su suerte, presidida por un consejo que sólo busca el bien de sus habitantes. La construcción del guión es buena, y las escenas que se suceden son de gran calidad, tino y elegancia. Desde la ambientación, la fotografía con unos encuadres exquisitos hasta el vestuario rozan a muy alto nivel. Logra introducir al espectador totalmente en la historia, con algunas secuencias magistrales, sin embargo el resultado final no es tan satisfactorio como hubiéramos deseado.

Los peros son múltiples. El esquema del guión es prácticamente un calco de sus anteriores películas, una presentación de personajes y de un ambiente donde algo raro sucede, con gente que guarda muchos secretos, para después comenzar con los momentos de tensión y finalizar con unos golpes de efecto más o menos acertados. Es un género sin duda atractivo, pero lleva a la constante repetición a un director encasillado en un tipo de cine que sabemos que domina muy bien. Aunque haya escrito guiones de películas infantiles, sus últimos filmes son una continua revisión. Lo que no se sabe es cómo se moverá en otros géneros, si será capaz de lidiar con un drama o con una película de acción. Es un paso que hace poco dio Alejandro Amenábar cambiando diametralmente de género con Mar Adentro y que esperemos dé M. Night Shyamalan, que para algo es el director mejor pagado del mundo con los 20 millones de dólares que se ha embolsado por esta película. Probablemente salga victorioso de cualquier género, pero primero debe demostrarlo.

Momentos como el primer acercamiento de las bestias a las casas nos sonarán a déjà vu en su anterior Señales, pues hasta el encorvamiento de los seres resulta idéntico, por no hablar de que la forma en que lo rueda es exactamente igual. También resulta calcado en estos mismos ataques el refugio en los sótanos de las acometidas de las bestias, carnívoros en esta ocasión, extraterrestres en la otra.

Otra cuestión muy interesante son las sorpresas finales. Resulta de un maniqueísmo absoluto buscar siempre la sorpresa del espectador, lo cual se convierte en cotidiano y si el giro no es lo suficientemente acertado deja con un regusto demasiado amargo al espectador a pesar de que el resto haya sido de calidad. En esta historia, es al menos cuestionable, si la película ganaría enteros sin buscar los giros finales, limando más una hermosa historia de amor.

Y es precisamente la historia de amor lo mejor de la película, con una joven ciega interpretada por Bryce Dallas Howard que logra amar a través de los sentidos. Esta joven, hija del director Ron Howard, es el mayor descubrimiento de la cinta y probablemente uno de los mejores de la temporada. Asegura que acudía a los castings bajo seudónimo, para evitar que cuando lograra un papel pudiera ser achacado a su condición de hija de famoso e influyente cineasta y actor. Realiza una gran interpretación, expresando con su mirada y sus manos todos sus sentimientos. Sin duda, le espera una gran carrera por delante. Destacar asimismo el gran reparto reunido para esta película, Sigourney Weaver, William Hurt y Brendan Gleeson están a su nivel, que siempre es alto, especialmente William Hurt. Adrien Brody y Joaquin Phoenix son la nueva generación, con una gran cantidad de estrenos últimamente en pantalla del último de ellos.

Se ha hablado mucho de que esta película no ofrece lo que promete y no les falta razón. Los trailers y anuncios de televisión hacen suponer una película con gran cantidad de sustos, sin embargo en toda la historia apenas hay un par de subidas acusadas de volumen en la sala, y el resto es la tensión psicológica del ambiente el que nos lleva a sentir el miedo. Claro que para aquellos que buscan los sustos explícitos y continuados esto les resultará un engaño, es a lo que están acostumbrados y aunque esta película los promete después no aparecen por ningún lado. Esto, unido al ritmo tranquilo de la narración choca con el estilo videoclipero del cine actual y hará que mucha gente termine despotricando injustamente contra esta película.

Es inevitable ver en la película un cierto paralelismo con la sociedad americana actual, el aislamiento de su país, rodeado de monstruos que quieren destruir el american way of life de una sociedad conservadora y rancia. No es algo casual, sino más bien un tirón de orejas de su director al país que lo acogió.

Para concluir, se trata pues de una buena película, con grandes momentos, pero que los convencionalismos de su director y su insistencia en subrayar los mismos puntos la lastran. De haber corregido esos fallos estaríamos hablando de una de las mejores películas del año. Aún así, resulta un buen entretenimiento y atrapa al espectador desde el primer minuto.

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