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El Orfanato



Director: Juan Antonio Bayona

Intérpretes: Belén Rueda, Geraldine Chaplin, Fernando Cayo, Roger Príncep, Mabel Rivera, Montserrat Carulla, Andrés Gertrudix, Edgar Vivar.

Nacionalidad: España y México

Duración: 110 minutos.

por Asier Sisniega 

El cine de terror español acude fiel a la cita cada cierto tiempo, con un grupo de directores que apuestan por él, siendo su máximo exponente reciente la película Los Otros de Alejandro Amenábar, que llegó a convertirse en la cinta no estadounidense de mayor recaudación en aquel país, superando los 200 millones de dólares. Aunque pueda parecer que hay muchas similitudes entre Los Otros y El Orfanato, no debemos olvidar que la primera contaba con un abultado presupuesto de 18 millones de euros, se rodó en inglés y tenía como protagonista a la probablemente actriz más cotizada del universo hollywoodiense, Nicole Kidman. El Orfanato se conforma con 4 millones y medio de presupuesto, francamente bien invertidos, ya que en pantalla lucen de maravilla, dando la sensación de estar ante una película de gran presupuesto. Además, el reparto es nacional y el rodaje por tanto en castellano, si obviamos la presencia de Geraldine Chaplin, una habitual de nuestro cine que siempre se agradece. Hace poco más de un año se estrenó en nuestras pantallas otro film español de gran éxito, El Laberinto del Fauno, una maravillosa cinta fantástica dirigida por Guillermo del Toro, y que no sólo contó con la aprobación de crítica y público, sino que se llevó nada menos que 3 premios Oscar. Pues bien, detrás de la producción ejecutiva de El Orfanato se encuentra el propio Guillermo del Toro, apoyando a su debutante director.   

Laura (Belén Rueda) es una madre adoptiva y esposa que regresa junto con su familia al Orfanato donde pasó su infancia con el fin de abrir una residencia para niños con algún tipo de deficiencia. Su hijo adoptivo Simón (Roger Príncep), es un niño que vive sin contacto alguno con pequeños de su edad y que debe afrontar desde la ignorancia ser seropositivo. Debido a esa falta de contacto establece vínculos con amigos imaginarios que no tardan en despertar la preocupación de sus padres. En una excursión a una playa cercana y tras adentrarse en una gruta, dice entablar conversación con seis niños, a los que invita a su casa dejando un reguero de conchas, inspiración evidente a partir de los cuentos infantiles clásicos. En la fiesta de bienvenida a los primeros niños discapacitados, un menor ajeno al grupo y cuya cabeza se oculta bajo un saco ataca a Laura, resultando ésta herida, además de producirse la desaparición de Simón. Su madre deberá afrontar la prueba más difícil, encontrar a su hijo y no desfallecer en el intento.




Juan Antonio Bayona es un director novel en el largometraje y que ha despuntado con sus trabajos en terrenos como el corto, los vídeoclips musicales y la publicidad. Dicho así, puede provocar cierto pesimismo en aquellos acostumbrados a ver cómo directores procedentes del videoclip y la publicidad se estrellan una y otra vez con el formato del largo, confundiendo géneros o destrozándolos. El joven Bayona además ha dirigido vídeoclips de artistas de “prestigio” como Camela, lo cual ya es como para echarse a temblar. Lejos de prejuicios y conclusiones injustificadas previas y tras haber visionado el film se debe subrayar que El Orfanato es una buena película, con un carácter decididamente comercial, pero que triunfa en su objetivo de ofrecer una buena dosis de cine patrio de calidad.

La película presenta una factura muy apreciable, un rodaje en interiores que cuenta con una ambientación y atrezzo fenomenales, unos exteriores en Asturias envidiables y una fotografía correcta aunque por momentos demasiado oscura pese al género del que se trata. Como he mencionado anteriormente el resultado final lleva a pensar que el montante del presupuesto ha sido mucho mayor, lo cual hace mucho más sangrante ver cómo algunos engendros de gran presupuesto despilfarran el dinero sin una pizca de talento. Bien es cierto que a nivel de ambientación la película Los Otros es superior, pero ésta multiplica su presupuesto, además de contar con gente de primer orden como Javier Aguirresarobe en la fotografía. Aún así, hay que subrayar el trabajo del equipo técnico, en su mayoría debutante.


A destacar el guión del también poco experimentado Sergio G. Sánchez, siendo éste su primer guión para el cine, si bien ya se habla de que su próximo guión será el de 3993, dirigida por Guillermo del Toro. A nivel interpretativo sobresale por encima de todos el trabajo de Belén Rueda, que tras las dudas iniciales de los que aún la recordaban presentando a principios de los 90 en televisión, se ha descubierto como uno de los grandes talentos interpretativos de este país, encadenando dos espléndidos trabajos en Mar Adentro y la cinta que nos ocupa. El resto del reparto realiza un trabajo correcto, aunque el peso principal cae por completo sobre los hombros de la madrileña, que incluso ha recibido una felicitación manuscrita de Julia Roberts expresándole su enhorabuena por este papel.

Como ocurre ya desde hace algunos años en Hollywood la falta de ideas de los guionistas o más bien las ganas de los ejecutivos de apostar sobre dinero seguro les lleva a comprar guiones de películas de terror exitosas en el mercado europeo y sobre todo asiático, para después realizar un remake normalmente desafortunado con alguna cara conocida. ¿Tan complicado es estrenar la película en versión original con subtítulos? O incluso rebajando nuestras exigencias ¿por qué no doblar la película al inglés como se hace en otros países con su cine? Películas como la antes mencionada El Laberinto del Fauno muestran que esto es posible, que la recaudación es compatible con un film subtitulado tal cual se hizo en su país. Claro que esta cintaba contaba con capital americano. La lista de títulos que han sufrido remakes es innumerable, pues bien, a ésta hay que añadir El Orfanato. A la espera de su estreno, sólo cabe demandar que se invierta esta tendencia.


En el plano negativo El Orfanato adolece de varios defectos de no demasiada importancia. El primero es que bebe de todos los recursos del género, explotándolos sin aportar demasiadas cosas nuevas. Por ejemplo una gran mansión que en tiempos actuales ni siquiera cuenta con televisión y que parece padecer de deudas contraídas con la compañía eléctrica, pues la luz apenas se usa. Bien es cierto que el guión sí hilvana detalles psicológicos con carga dramática amén de los sustos de rigor. En este sentido son mucho más originales los trabajos del mencionado director mexicano Guillermo del Toro.

Por otro lado, los mencionados sustos tan agradecidos por el público alcanzan un nivel de sonido en las salas de las grandes ciudades que pueden acabar con los tímpanos del respetable. Se recurre una y otra vez a aplastar al espectador contra su asiento cada vez que sobreviene un sobresalto. En el cine clásico no se contaba con sonido DTS en la sala, y sin embargo una buena cinta de terror podía amilanar a la audiencia hasta extremos insospechados. Reivindiquemos cierta mesura. Si a la mayoría del cine actual se le quita el sonido en cada sobresalto, la película no valdría nada. Hace falta devanarse los sesos en crear atmósferas y ambientes desasosegantes y menos puñaladas traperas al que paga que deja de confiar inmediatamente en el director.


Bayona realiza un espléndido trabajo, aplicando un ritmo narrativo impropio de nuestro cine, que de veras se agradece. Adolece en algún momento del uso innecesario de la cámara en mano o de un montaje premioso que denota su origen publicitario y videoclipero. Son fallos mínimos, fácilmente solventables en un futuro esperemos próximo. Un director sin duda a seguir.

A destacar al menos tres secuencias de la película que son magníficas y totalmente inmersivas: las escenas de la playa y la gruta, la secuencia donde interviene la médium interpretada por Geraldine Chaplin y el juego casi al final de la protagonista con los niños, una maravillosa recuperación de nuestros juegos infantiles en un escena terrorífica. En efecto, El Orfanato irradia miedo, pero sobre todo desasosiego, por la cercanía de la ambientación y por el gran trabajo narrativo, interpretativo y de montaje.



La película es la representante española a la 80 edición de los Oscar. Ya sabemos que este tipo de género no es devoción de los académicos, más aún de los que premian la categoría de Película de habla no inglesa, por lo que como máximo le auguro una presencia en la terna de las cinco candidatas, aunque mucho me temo que no sea así. En definitiva, una buena película que no se deben perder en especial aquellos que despotrican de forma sempiterna sobre la paupérrima calidad de nuestro cine. Porque en España se hace cine de buena y de mala calidad, sólo hace falta un poco de esfuerzo por nuestra parte para encontrar esas pequeñas joyas.

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