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Origen




Director: Christopher Nolan

Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Tom Hardy, Ken Watanabe, Dileep Rao, Cillian Murphy, Tom Berenger, Marion Cotillard, Pete Postlethwaite, Michael Caine, Lukas Haas.

Nacionalidad: Estados Unidos e Inglaterra.

Duración: 148 minutos.

por Asier Sisniega
 

¿Para qué sirve la figura del crítico? ¿Es necesaria su aportación? La gente tiende a ver con malos ojos a la crítica, porque en un pasado ha vilipendiado alguna de sus películas favoritas o porque ésta ha afirmado que el elenco de una cinta, pongamos por ejemplo la saga Crepúsculo, no cumple con las exigencias mínimas de calidad en su trabajo. Bien es cierto que ciertos críticos sesudos se ven convertidos a sí mismos en semidioses con capacidad para manipular a la opinión pública y de manejar la taquilla a su antojo. Estos críticos tienen como principal defecto su falta de humildad, su carencia de miras y su carácter por lo general arrogante. Volviendo de nuevo a las preguntas iniciales, la mayor parte de los espectadores nos hemos dado cuenta con el paso de los años que esas películas que antaño nos parecían maravillosas han envejecido de forma alarmante o que aquella actriz hermosa era sin embargo una pésima actriz, cuya belleza obnubilaba nuestra capacidad analítica y que ahora juzgamos en su justa medida cuando su hermosura está ya marchita.

El crítico o analista, como el que suscribe prefiere ser denominado, se sienta en la sala junto al resto del respetable. Sin embargo, mucha distancia les separa. El analista puede ver más allá, horadar en las capas del argumento, exprimir la labor de montaje o enjuiciar cualquier otro detalle de la puesta en escena. El crítico sin prejuicios, que ama cualquier género y que acude a la sala de cine como un niño pequeño ilusionado, aporta a su análisis un bagaje de miles de películas a sus espaldas, profundos conocimientos de todas las escenas de las mayores obras de cada género, cientos de libros leídos, miles de horas dedicadas a escuchar y participar en coloquios, así como numerosos simposios y cursos que ayuden a expandir su saber acerca de este maravilloso arte que tanto amamos. Todo este conocimiento, si es bien empleado, puede servir para abrir los ojos del espectador medio, para hacerle entender que donde él vio oro, no había más que bisutería, que donde él observó una interpretación brillante, no había más que una multiplicidad de tics y manierismos, que donde él vio una puesta en escena de excepción, sólo había un vacío escenario de cartón piedra que pronto envejecería de forma alarmante.

Todas estas apreciaciones son necesarias antes de interpretar Origen, ya que tanto el público como la crítica se han empeñado en colocarse en mi contra con respecto a esta película.

La web “The Internet Movie Database” (www.imdb.com), propiedad de Amazon, es la mayor base de datos de cine a nivel mundial, donde los propios usuarios registrados pueden votar del 1 al 10 todas las películas estrenadas hasta la fecha. En función de las notas obtenidas se elabora la lista de las películas favoritas del público. Origen se encuentra actualmente en el número 3. Sin embargo, esta lista lleva años mostrando muchos signos de debilidad, de modo que cada vez que se estrena el último blockbuster, éste rápidamente se encarama a las primeras posiciones, por lo que la mayor parte de los 250 primeros puestos de privilegio corresponden a filmes recientes, mayormente de la década de los 90 y 2000. De este hecho se puede inferir que el público es olvidadizo en sus gustos y que tiende a minusvalorar grandes cintas del pasado y a colocar en un pedestal obras bastante discutibles, pero de reciente estreno.

Resulta fácil, por tanto, desmontar la valoración subjetiva del público, si atendemos a su general escasez de conocimientos y a su frágil memoria. Mucho más difícil es encontrar una justificación o una explicación plausible a las excelentes valoraciones que la crítica ha dado a Origen. Los principales medios a nivel mundial, y algunos de los críticos más conocidos, han alabado la obra de Nolan como una pieza maestra y la han colocado en algunos casos al nivel del mejor Kubrick. Para el que escribe estas líneas esas palabras resultan una afrenta, puesto que la obra de Kubrick ha perdurado décadas en el tiempo con el mismo vigor y con la misma fuerza que en el momento de su estreno, causando aún hoy en día verdadero asombro. Origen, por el contrario, es una película mediocre, profundamente ambiciosa y grandilocuente, que termina por devorarse a sí misma, plagada de defectos y vicios.

Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es un extractor de sueños, el más brillante que ha existido. Éste aprovecha la debilidad de las personas mientras sueñan para arrebatarles a sus víctimas secretos de su subconsciente. La muerte de su esposa le obliga a huir de los Estados Unidos, ya que creen que él es el culpable. Decenas de organizaciones y gobiernos seguirán sus pasos con el fin de matarlo. Su única forma de redención es aplicar origen (“inception” en inglés), es decir, introducir una idea en la mente de una persona para que cambie su forma de parecer. Cobb sólo lo ha logrado en una ocasión en el pasado, con nefastos resultados. Para evitar que esto se repita, y poder recuperar su nacionalidad y a sus hijos, Cobb se rodeará de los mejores técnicos en el campo de los sueños, auténticos artistas y arquitectos de los mundos oníricos.

Nolan comenzó a jugar hace muchos años con la idea de que un grupo de personas se introdujera en los sueños de alguien y pudiera manipularlos a su antojo. Se planteó cuáles serían las consecuencias y los límites. Una idea brillante no cuaja por sí sola un buen guión y una buena película. El cine español ha sufrido durante décadas de la incapacidad para materializar buenas películas a partir de estupendas ideas. Lo mismo es aplicable a Origen. Un argumento enrevesado hasta la extenuación, pero a la par fácilmente comprensible, no es sinónimo de calidad, por mucho que sus responsables nos lo presenten en un bonito envoltorio de sofisticación y nos bombardeen con una campaña de publicidad multimillonaria.

Origen sufre de muchos de los problemas que presentaba la anterior película de este director: El Caballero Oscuro. Se busca en todo momento el efectismo, la grandilocuencia y el cambio constante de localizaciones. La película muestra una afectación demasiado marcada, tomándose demasiado en serio a sí misma, así como una narración que no fluye adecuadamente ni se entrega al espectador con sabiduría. Nolan, al lado de directores como Steven Spielberg, James Cameron o George Lucas parece un principiante. Estos son maestros de la narración y de cómo ésta se debe dosificar. Nolan trata de apabullar al respetable para que no vea más lejos, consiguiendo epatarle, como así lo demuestran las cifras en taquilla. Más allá de la fachada de su cine se encuentra el vacío. Tan profundo es éste, que sus ínfulas resultan ridículas. Aún con todo, El Caballero Oscuro es netamente superior en todos los aspectos, con algunas escenas brillantes, así como un argumento y un trabajo interpretativo mucho más sólido.    

Conviene recordar cuáles son algunas de las señas de identidad del cine de Nolan. Sus argumentos tratan de ser alambicados y complejos, próximos al puzzle como en el caso de Memento. Ésta película se movía dentro de unos terrenos de mesura mucho más aceptables, con un planteamiento ambicioso, pero dentro de un ambiente sencillo, sosegado y creíble, con unos personajes que se movían en un mundo de irrealidad, pero que respiraban humanidad por los cuatro costados. A medida que el cine de Nolan ganó en presupuesto, su calidad comenzó a decrecer, demasiado centrado en construir gigantescos decorados, recrear enormes escenas de acción y multiplicar las localizaciones por todo el mundo. De entre su obra más reciente, destaca sin embargo su película de menor presupuesto: El Prestigio, El Truco Final. La película se plantea como una gran broma entre magos, revestida de seriedad, que no se toma en el fondo en serio a sí misma, lo que termina por ayudar a la película. Los constantes giros argumentales y sorpresas también son otras de las marcas de su cine. Desgraciadamente, el espectador está a estas alturas muy acostumbrado a estos giros y su consecución tan frecuente, una cada cinco minutos, puede cansar hasta al más paciente, como ocurre en Origen.

Resulta inevitable comparar este filme con Matrix. El propio cineasta así lo reconoce y afirma que comenzó a escribir un borrador de 80 páginas en la época en que estrenó la primera parte de la trilogía. Pese a que Origen llega a profundizar hasta 4 capas dentro del mundo de los sueños, su complejidad argumental, filosófica y humana es absolutamente nula. No sólo la primera parte de Matrix es muy superior a Origen, sino que las otras dos cintas la superan muy ampliamente en todos los aspectos, tanto en densidad argumental, referencias filosóficas, cuestiones morales, como en espectaculares escenas de acción.

También manifiesta haberse inspirado en los relatos de Jorge Luis Borges, lo cual no hace más que ahondar aún más en el fracaso artístico de Origen, ya que poco ha aprendido el director del brillante y desaparecido autor argentino. Conviene destacar otras películas de temática similar, de mucha menor repercusión, pero ciertamente mejores. Días Extraños, de la recientemente oscarizada Kathryn Bigelow, 12 Monos del siempre imaginativo Terry Gilliam y Dark City, son sólo algunos ejemplos. Incluso la reciente serie Perdidos, con un argumento aún más complejo, brilla con luz propia por su sabia combinación de reflexión y acción, algo de lo que Origen carece.

Aún no se sabe cuál será la valoración del público español. Está claro que en taquilla funcionará a las mil maravillas, dado que la sala el día de su estreno estaba llena, algo cada vez más difícil de lograr. Pese a eso, el público llegó a reírse en numerosas ocasiones de los giros argumentales, más incluso que con algunas pseudocomedias, lo que evidencia que el respetable creía absurdos los rizos de su director y a la par guionista.

Se ha de tener presente que Origen ha costado la friolera de 160 millones de dólares, a los que hay que añadir otros 100 que se han esfumado en publicidad. En tiempos de crisis, al menos en opinión de los estudios, la inversión debe ser recuperada de inmediato, por lo que el margen de riesgo ha de ser nulo. Plantear un argumento muy intrincado podría espantar a los espectadores, cada vez más acostumbrados a la sencillez. Los apenas 39 millones de dólares recaudados por la magnífica Memento del propio Nolan son buena muestra de ello. Por ese motivo, Origen se presenta como una película audaz, sofisticada, compleja, pero a la par el protagonista nos va narrando con pelos y señales todo cuanto ocurre, con el fin de que nadie se pierda. Cualquier persona puede seguir el argumento sin dificultades a poco que esté atenta, lo cual es una contradicción con lo que se nos está vendiendo. Es el precio a pagar por los grandes presupuestos, la falta de libertad y la sencillez revestida de espesura.

Origen es una película de robos de bancos, como tantas otras, donde el avispado protagonista ficha a un grupo variopinto de genios de cada disciplina para cometer el atraco perfecto. Las ideas referentes al sueño consciente y al control que uno mismo y otros ejercen sobre los sueños están pésimamente plasmadas. No hay interpretaciones morales ni reflexión. Los mundos oníricos son una mera disculpa para ofrecernos 150 minutos largos de acción sin pausa. ¿Acaso nuestros sueños siempre son acción desbocada? También hay momentos en ellos para el surrealismo, el diálogo y el deseo. La película una vez que muestra sus cartas se hace verdaderamente pesada.

La banda sonora de Hans Zimmer no pasará a la historia como una de sus mejores composiciones. Cumple en todo momento acompañando la historia, de hecho no se detiene ni un instante, con un parecido demasiado grande a las anteriores realizadas para Batman Begins y El Caballero Oscuro, y con evidentes toques wagnerianos.

En cuanto al trabajo interpretativo, siempre alabo el esfuerzo realizado por su protagonista, DiCaprio, entregado en todo momento y al cual he valorado en todas sus obras. Sin embargo, me estoy preguntando cada vez con mayor frecuencia, si sus películas realizadas hasta la fecha hubieran ganado más con otro protagonista, ya que ninguna de las cintas que ha protagonizado se ha convertido en una obra maestra. A buen seguro sea debido a los papeles y a los guiones, y no tanto a su trabajo. Michael Caine vuelve a colaborar por cuarta vez consecutiva con Nolan, añadiendo el prestigio que se busca en su intervención de apenas dos minutos. En cuanto al resto de secundarios, encontramos mucho jovencito guapo de cara, pero no mucho más que ofrecer. En este sentido, a la película le falta un plantel de secundarios con mayor capacidad interpretativa.

Como aspecto positivo señalar diversas secuencias de acción especialmente brillantes. Entre ellas, las explosiones en París y el pliegue de sus calles sobre sí mismas. La secuencia del hotel con gravedad 0 y la ciudad en ruinas representada en el limbo. Mucho menos destacables son otras secuencias, como la interminable caída del puente o el ataque a lo James Bond del complejo en medio de la nieve, con ciertas semejanzas al videojuego Call of Duty: Modern Warfare 2.

Salvando las distancias, y permitiéndome el atrevimiento, en el pasado siglo vimos un claro ejemplo en que tanto el pueblo como los intelectuales se entregaron a un proyecto desmesurado y del todo perturbado. Hitler logró convencer a los cultos y a los ignorantes. Aplicado al mundo del cine, eso mismo ha ocurrido con Origen. Sin embargo, el tiempo y las crueldades evidenciaron que unos y otros estaban equivocados. Origen presenta sus atributos durante 150 minutos, pero pese a la acción desmesurada y grandilocuente, termina por aburrir y por fracasar en todos los sentidos. Esta cinta es una de las mayores decepciones que ha sufrido este cinéfilo en los últimos años y por tanto no puede recomendar que se gasten su dinero en este filme. Hay otros mucho mejores en la cartelera y en su tienda habitual o videoclub. De no tener más remedio que hacerlo, por favor esperen a poder verla en versión original subtitulada, ya que el doblaje castellano es bastante discutible.


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