El Origen del Planeta de los Simios
Director: Rupert Wyatt
Intérpretes:
James Franco, John Lithgow, Freida Pinto, Brian Cox, Tom Felton, David Oyelowo.
Nacionalidad:
Estados Unidos.
Duración:
105 minutos.
por Asier Sisniega Santos
En 1968 se estrenó el clásico de
ciencia ficción El Planeta de los Simios,
protagonizada por Charlton Heston y dirigida por Franklin J. Schaffner,
responsable, a su vez, de las aclamadas Papillon y Patton. El éxito de esta
inversión de roles, donde los primates son la especie dominante y el ser humano
se limita a obedecer como esclavo, condujo al lanzamiento de cuatro nuevas
entregas en los siguientes 5 años. Ninguna de ellas obtendría la misma acogida
que la original. Casi 30 años después, la revisión de la franquicia por parte
de Tim Burton resultó ser un sonado fracaso artístico, que no económico. Una
década más tarde, el poco conocido Rupert Wyatt se encarga de lanzar en salas
la explicación de cómo los hombres cayeron en desgracia.
El científico Will Rodman (James
Franco) trabaja contrarreloj para hallar un virus capaz de vencer el Alzheimer.
Su investigación se lleva a cabo con simios y su interés no se reduce meramente
a lograr la cura de uno de los grandes males de nuestro tiempo, sino que sus
propios sentimientos se ven implicados al ver cómo la enfermedad avanza en su
padre Charles (John Lithgow). La vacuna logra multiplicar la inteligencia de
una de las primates, que, en su deseo de proteger a su cría, destrozará gran
parte de las instalaciones de la empresa, acabando con cualquier posibilidad de
inversión adicional externa. Tras ser sacrificada, Will salvará al simio recién
nacido, César, llevándolo a su casa, donde crecerá de forma similar a un niño,
pero mostrando unos avances en su desarrollo mucho mayores a los de un infante
normal. César se meterá en problemas, tanto por sus deseos de salir al exterior
como por tratar de defender a sus “progenitores”. Will, al mismo tiempo,
comenzará a experimentar con el fármaco en su propio padre, cuajando unos
resultados inapelables. El Alzheimer remite y Charles es capaz de nuevo de
tocar con virtuosismo el piano. ¿Por cuánto tiempo?

Ruper Wyatt aseguraba hace
algunos meses que su intención era lograr un film que aportara información a la
mitología de la serie, tomando algunos elementos de La
Rebelión de los
Simios (1972), aunque sin respetar la continuidad de la saga. Su objetivo
era conseguir lo mismo que Batman Begins
(2005), adentrarse en los comienzos
del protagonista, estudiar su psicología, sus temores y sus impulsos, para que
el espectador entienda las motivaciones que acaban por desembocar en los hechos
que conocemos en la película original. En los últimos tiempos hemos conocido
múltiples ejemplos similares, aparte de los mencionados, como Hannibal, el Origen del Mal (2007) y Star Trek (2009). Además, el realizador
tiene la firme intención de estrenar nuevos episodios, al igual que está
haciendo Christopher Nolan con el hombre murciélago. A priori, y dada la
calidad de El Origen del Planeta de los
Simios, a buen seguro tendremos nuevas secuelas en el futuro.

La cinta se muestra como un
producto sólido, muy entretenida a lo largo de todo el metraje, sin caer en
ningún momento en los excesos. La violencia está sabiamente dosificada, se
estudia con acierto el interior del alma de César y cómo termina por
convertirse en el líder de la revolución simiesca. La obra no se detiene en dar
largas explicaciones iniciales, ya que en apenas 5 minutos los personajes han
sido ya presentados y estamos al corriente de las investigaciones realizadas
con la vacuna. Rupert Wyatt cuenta en su haber con únicamente un filme
anterior, por lo que sorprende que le hayan entregado este proyecto de 93
millones de dólares, cantidad que recuperarán en apenas 3 días y que le augura
una prometedora carrera en los próximos tiempos.

También cumple con solvencia el
reparto. James Franco, recientemente nominado al Oscar de mejor actor por 127
horas, interpreta adecuadamente al científico que descubre el virus. John
Lithgow, que cuenta con 5 Emmys en sus alforjas, da vida con ternura al no tan
anciano padre que cae en las garras del Alzheimer. Freida Pinto, al igual que
en sus anteriores películas, donde destaca Slumdog
Millionaire, se limita a lucir su rutilante belleza, no en vano fue modelo
profesional. Su personaje apenas tiene líneas de diálogo. Sin embargo, los
verdaderos protagonistas son los simios, que llevan en muchas secuencias el
total peso de la película, especialmente en el refugio de primates, lo que hace
necesario el uso de las herramientas más avanzadas. Los brillantes efectos
especiales, supervisados por Joe Letteri (Avatar,
Trilogía de El Señor de los Anillos, King Kong), permiten mostrar todo el
rango de expresiones posibles. Para ello, se han utilizado las mismas técnicas
de captura de movimientos faciales que pudimos ver en Avatar, empleadas por primera vez en exteriores. Detrás del
personaje digital de César se encuentra Andy Serkis, que ya diera vida a otros
seres infográficos como Gollum y King Kong. Su interpretación se refleja de
forma soberbia sobre el rostro y cuerpo del cabecilla de los revolucionarios.
El Origen del Planeta de los Simios adolece de cierta
previsibilidad en su desarrollo, debido en parte a que ya conocemos los
acontecimientos posteriores y al tratamiento un tanto convencional. Tampoco terminan
de cuajar algunos detalles técnicos, como la interacción física de los humanos
y los simios. A pesar de todo, la película es una excelente opción para este
verano, uno de los mejores productos sin lugar a dudas que Hollywood lanzará
esta temporada. Es adecuada para cualquier tipo de audiencias, si bien la
violencia es comedida, no hay riadas de sangre y se ha buscado claramente el
acceso al mayor número de público posible. No se la pierdan.
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