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El Jardinero Fiel



Director: Fernando Meirelles

Intérpretes: Ralph Fiennes, Rachel Weisz, Hubert Kounde, Danny Huston, Daniele Harford.

Nacionalidad: Reino Unido

Duración: 129 minutos.

por Asier Sisniega

Basada en la novela de John Le Carré del mismo título publicada en 2001, el director brasileño Fernando Meirelles adapta la novela contando con la colaboración del propio Le Carré. Para el film se hicieron algunas actualizaciones con el fin de enmarcarla aún más en el momento actual, como las referencias a la guerra de Irak y la cuestionable actuación británica. Tras sorprender a medio mundo con la muy interesante Ciudad de Dios, Fernando Meirelles se ganó el respeto internacional con un drama social, donde se narraba la vida en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad de Río de Janeiro. Con un gran ritmo, y con claras referencias a directores como Martin Scorsese y Brian de Palma, Meirelles nos mostraba a niños que ni siquiera habían entrado en la adolescencia portando armas de fuego, drogándose con pegamento o siendo brutalmente asesinados por bandas adultas y profesionales. Un director comprometido, por tanto, con los desheredados y que resulta todo un acierto su elección para El Jardinero Fiel. Película inevitablemente entroncada con Ciudad de Dios, por las penurias de los países africanos y en especial de Kenia, que es donde se centra el film.

 
El diplomático británico Justin Quayle está felizmente casado con la activista Tessa Quayle y residen en Kenia. Ella ha estado investigado junto a un médico local las sospechosas acciones de la farmacéutica más grande del país, probando en varias poblaciones keniatas medicamentos, cuyos efectos secundarios no les han sido advertidos. En su ánimo de denunciar los hechos, Tessa es encontrada muerta en la carretera junto al conductor del todo terreno, próximos a un lago. El médico ha huido y todo apunta a un crimen pasional. Sin embargo, Justin, un hombre bondadoso y tranquilo, no puede resistir las incógnitas que se ocultan detrás de la muerte. Sin tener claro si su mujer le era fiel y desconociendo por completo la investigación que llevaba a cabo, emprende la búsqueda de la verdad que le llevará por diversos países.




El Jardinero Fiel comienza con la aparición de los cadáveres junto al lago. Desde ese punto y durante aproximadamente 50 minutos, se nos muestra mediante flashbacks la historia de amor que les unió en Londres y su posterior traslado a Kenia. Allí, asistiremos con toda crudeza a la vida de los más desamparados, en una jungla de chavolas y su camino habitual entre montones de basura. Todo ello nos llevará hasta el momento presente, a partir del cual Justin Quayle (Ralph Fiennes) comenzará a investigar el caso sin recurrir ya a los flashbacks.

 
En la primera parte de la película la historia de amor y la vida en África son mostradas con una viveza de colores deslumbrante y un predominio del sol puro de la mañana, muy similar a Ciudad de Dios. Tras la muerte, todo se tornará en unos colores oscuros, húmedos, que tiñen el ambiente del pesimismo de su protagonista.

 
Esta película sólo se puede calificar de actual y necesaria. Actual, porque la industria farmacéutica está haciendo estragos en el continente africano, con precios desorbitadamente hinchados, que los vacíos bolsillos de la población no pueden pagar. El acceso a tratamientos como el del Sida es tremendamente difícil, y como bien se dice en la película es muy fácil lograr beneficios a costa de la gente más pobre. Lo sobrecogedor del relato es que las cifras de beneficios de estas multinacionales están bañadas con las vidas de esta gente, unas cifras tan frías que no valen la vida de miles de personas. Sin embargo, el accionariado las demanda, y las farmacéuticas las entregan a cualquier precio.

 
Esta película es necesaria por todos estos motivos, porque se debe denunciar esta situación, aunque sea con una historia ficticia como es el caso, que desgraciadamente no se alejará demasiado de la realidad. No cabe duda que el libro de Le Carré es moralizador e intenta mostrar estos hechos y Meirelles lo asume con agrado, como ya hiciera en su anterior película. No faltarán las voces que califiquen al film de oportunista y plagado de tópicos, pero repito, es necesaria, sin descartar otros trabajos fílmicos sobre el tema y algunos grandes documentales.





Destaca la actuación de Rachel Weisz, la hermosa actriz inglesa que no ha tenido demasiados papeles acordes a su calidad como intérprete, y que aquí interpreta muy competentemente a una locuaz activista. Del mismo modo, el film cuenta con un extenso apartado de buenos secundarios que ayudan a la inmersión en la historia. Ralph Fiennes cumple en su papel, transmitiendo la tranquilidad propia de un jardinero cuidadoso, que no duda en perder los estribos y acabar hecho un adán por descubrir la verdad. Muchos le achacarán que sus actuaciones son muy similares entre sí, pero lo que no se puede negar es su capacidad para atrapar grandes papeles como en La Lista de Schindler, El Paciente Inglés o El Fin del Romance. Su perfil encaja perfectamente en el de gentleman inglés y quizá por este motivo se le haya tendido a encajonar.

Las películas de Meirelles se caracterizan por su intensidad en el relato. Te puede entregar en cinco minutos la información que otros directores tardan en mostrar una hora, comprimiendo la información al máximo, a veces quizá en exceso. El Jardinero Fiel es una película emotiva por su historia de amor y por una realidad africana que toca la fibra sensible, sin buscar la lágrima fácil. Trata de hacernos partícipes de las ciudades donde se desarrolla la historia, nos da los detalles, las costumbres y las acciones más diversas para que nos sintamos parte de la misma. Ése es el gran triunfo de su cine, a quien le deseamos una prolífica carrera.

Como aspectos negativos la trama en ocasiones se puede tornar confusa, entregándonos información que el espectador no puede asimilar hasta algunos minutos más tarde cuando se le muestran las cartas. Se nombran personajes fundamentales, cuya figura no conocemos y no podemos imaginar. Con los minutos todo encaja, pero puede descolocar a algún espectador que se pierda en una maraña de personajes secundarios. Al final todo queda perfectamente resuelto en diez minutos finales de gran intensidad, que entremezclan la violencia más cruenta de África con las costumbres locales y los límites de la intervención internacional.

Otra objeción es que los personajes principales no están descritos en profundidad, sino más bien sólo perfilados.

El compositor donostiarra Alberto Iglesias realiza su primer trabajo en una película de habla inglesa, manejando con maestría ritmos africanos. Iglesias, habitual colaborador de Médem y Almodóvar, ya ha logrado un buen puñado de Goyas en nuestro cine y ahora se merece el reconocimiento internacional.

Una película muy recomendable, no tanto para aquellos que busquen acción plagada de disparos y explosiones, pero sin duda mucho más inmersiva y desconcertante. Un thriller que mezcla a las multinacionales, con el espionaje y las relaciones internacionales, muy unidas a los intereses comerciales. No se la pierda.

Valoración: