Rolling Stones Licks World Tour 2003 ¿El mayor espectáculo del mundo? ![]() por
Asier Sisniega
Muchas
han sido las críticas desde hace ya años acerca de la
edad de sus satánicas
majestades y de su capacidad para poder llevar adelante un concierto de
calidad. Sinceramente, acudía al evento con escepticismo,
pensando que me iba a
encontrar a un grupo cuyos mejores tiempos ya pasaron, con un gran
circo
montado a su alrededor y una calidad musical que iba a dejar bastante
que
desear. Ahora que ya ha pasado todo debo decir que el concierto fue de
una
calidad musical sensacional, a lo que hay que añadir como regalo
un auténtico
espectáculo audiovisual que te lleva a pensar que estás
ante algo realmente
grande y único. ![]() Comencemos
cronológicamente. Eran las 18:25 y las inmediaciones del estadio
comenzaban a
estar transitadas. Una de las calles adjuntas al estadio estaba casi
vacía de
gente cuando de repente un coche de policía municipal
ascendía la calle a gran
velocidad seguido de varios mercedes, el primero de los cuales llevaba
en su
parte trasera a Mick Jagger que sostenía en sus manos una
pequeña cámara de
vídeo con la cual nos grababa a las pocas personas que nos
encontrábamos allí.
Fue entonces cuando decidí entrar en el estadio, y dirigirme al
césped. Apenas
había nadie allí y eso que ya eran las 19:30. Pude
colocarme en un lugar
privilegiado, a unos
![]() Desde
las 21:15 comenzó el cambio de instrumentos para preparar el
gran momento. La
gente comenzó a impacientarse cuando ya eran poco más de
las diez. El cielo se
iba terminando de oscurecer, y estaba claro que el grupo buscaba
comenzar el
concierto de noche. De pronto, una música emocionante
comenzó a sonar, creando
la tensión necesaria en el ambiente, el escenario tomó un
tono azulado, y unos
grandes cañones de luz comenzaron a elevarse y de golpe todo
comenzó, la gente
claramente predispuesta se lanzó a la locura de la primera
canción Brown Sugar,
recibí tantos golpes que terminé a varios metros de
distancia de donde
inicialmente estaba, para colmo me arrojaron cerveza mojándome
entero, pero no
importaba, el espectáculo había comenzado.
Rápidamente me impregné del
entusiasmo general, y con Start Me Up me uní a la locura
general. Para la
tercera canción tanto Mick Jagger como el público
sudábamos profusamente, y eso que
la noche no era
precisamente cálida en Bilbao. En la cuarta canción me
empecé a plantear si
aquello tenía realmente gran calidad musical o simplemente se
trataba de una
serie de canciones cortas y rápidas que lograban el
éxtasis absoluto entre el
público. Para contestar a mi planteamiento Mick Jagger
cantó Angie, y los
mecheros encendidos poblaron el estadio, a lo que seguidamente dieron
paso a
varias canciones cercanas al rythm and blues de larga duración y
gran
virtuosismo que deshicieron todas mis conjeturas. Aquello era
música, música de
verdad y de gran calidad, que unido al espectacular despliegue de
pantallas me
tenía como incrédulo de que todo aquello estuviera
sucediendo. Las pantallas se
extendían por encima del escenario a modo de cortina y se
seccionaban en
diferentes partes, en ocasiones cuatro partes mostrando a cada miembro
del
grupo y en otras en una única en la que se ofrecía cada
detalle del concierto.
Sin interrupción, y tras marcharse
momentáneamente
Mick Jagger, Keith Richards tomó la batuta del concierto,
interpretando dos
canciones como vocalista. Entonces llegaron lo que para mí
fueron los mejores
momentos, el escenario se tornó rojizo, la niebla comenzó
a invadir el estadio,
y una gran lengua ardiendo se proyectaba en las pantallas.
Estábamos en el
infierno, y para saludar al demonio empezó a sonar Sympathy
For The
Devil, que me transportó y contagió mi cuerpo,
dejándome llevar por el ritmo de
la canción y las sensaciones cuasidemoníacas. Lo
más sobrecogedor y
sorprendente es que cada vez que sonaba la frase más popular,
unas grandes
llamaradas de unos ![]() Pasada esta vorágine, el grupo se
trasladó al escenario
auxiliar, para allí interpretar tres canciones en contacto
más directo con el
público, pero como yo me encontraba justo delante del escenario
principal no
pude ver absolutamente nada, y nos tuvimos que conformar con girarnos y
escuchar, deseando que regresaran. Allí interpretaron Street
Fighting Man y
Like a Rolling Stone, de Bob Dylan, dos de las canciones más
populares del
grupo. Por fin, regresaron al escenario principal, para deleitarnos con
una
batería de grandes clásicos, interpretados con una
energía brutal, impropia de
un grupo de casi 60 años, que finalizó con Satisfaction
inundando todo el
estadio con una lluvia de confetis de color rojo de unos Como aspectos negativos hay pocos realmente a destacar. Algunos fallos importantes de sonido en la primera canción y hacia la mitad del concierto, y un importante bajón de la intensidad con la actuación solista de Richards. Me pregunto, si musicalmente es Richards el líder, ¿qué sería de este grupo sin la figura de Jagger? La energía que derrocha y sus muchas tablas lo convierten en el centro de atención y la estrella absoluta, ¿serían lo famosos que son sin su persona? Sinceramente creo que sin Mick Jagger los Rolling Stones nunca habrían llegado a donde han llegado, ni habrían logrado mantenerse en el estrellato durante 40 años. ![]() El espectáculo musical y visual fue excepcional e inolvidable para Bilbao, una ciudad necesitada de este tipo de actos más habituales por otros lares. Musicalmente hablando, los Stones no están para nada acabados, y rebosan energía por los cuatro costados, y me atrevo a decir que de seguir así ésta no va a ser su última gira. Deberían tomar nota muchos grupos más jóvenes, y aprender de lo que pueden hacer unos artistas de 60 años, con un derroche físico que algunos de poco más de 20 no podríamos seguir. Si los críticos quieren acabar con ellos me temo que deberán esperar hasta el día de su muerte para decir que los Rolling Stones ya no van a poder realizar una nueva gira. |