Superman Returns
Director: Bryan Singer Intérpretes:
Brandon Routh, Kate Bosworth, Kevin Spacey, James Marsden, Parker Posey, Frank Langella. Nacionalidad:
Duración:
154 minutos Bryan Singer, director neoyorkino responsable de éxitos
en los últimos años como Sospechosos Habituales y las dos primeras partes de
X-Men, ha sido el encargado final de llevar a la pantalla grande la quinta
parte del superhéroe por antonomasia. Muchos son los nombres que se han
barajado para la dirección del proyecto, Brett Ratner, McG, Michael Bay, Robert
Rodríguez, Kevin Smith e incluso Tim Burton. Lo mismo se podría decir del nuevo
Superman, una vez desaparecido el malogrado Christopher Reeve, destacando entre
todos los nombres el de Nicholas Cage como nuevo Superman, algo que ya hace
varios años se negó, pasando el papel a manos de Brandon Routh, un actor poco
conocido, que era lo que precisamente buscaba Singer, y cuyo bagaje más
conocido son diversas series televisivas. Superman Returns fue rodada en Australia durante cerca de
8 meses de 2005, con un presupuesto muy elevado de 250 millones de dólares y
100 más destinados a publicidad. Lo que parecía augurar un gran taquillazo no
lo ha sido tanto, puesto que la película no ha alcanzado las cifras esperadas
en el mercado americano ni en el mundial. Esta situación contrasta con la de
Piratas del Caribe, que como comentábamos en su pertinente análisis ha roto las
taquillas de 2006. Si bien, entre ambas películas existen grandes paralelismos.
Las dos son películas de gran presupuesto, dirigidas por directores de probada
eficacia, con actores secundarios respetados, un buen apartado técnico y
numerosas escenas de acción, amén de una duración de 150 minutos. Sin embargo,
la mezcla en Superman no ha gustado de la misma manera al público. La mayor aportación a la historia de Superman es la aparición de su hijo, que en un principio parece ser el enfermizo hijo de Lois Lane y Richard White, para posteriormente descubrirse como un pequeño con una fuerza descomunal, propia de su verdadero padre. Esto abre sin duda nuevas oportunidades a una saga que ya ha confirmado su sexta parte.
En cuanto al trabajo interpretativo Brandon Routh, Kate Bosworth y Kevin Spacey cumplen sin mayores alardes en sus respectivos papeles. La propia Kate comentaba en una entrevista que había intentado dotar a su personaje de la personalidad y el carácter de Katherine Hepburn. A la vista del resultado y sin ser éste malo, todo parece reducirse a las buenas intenciones de una actriz de 23 años que tiene mucho que aprender en este difícil arte. Y citando las edades de los protagonistas, cabe reseñar la juventud de ambos. Se supone que Superman Returns retoma la acción de Superman II cinco años después, película en la que Christopher Reeve y Margot Kidder contaban con 28 y 32 años respectivamente, donde sus personajes tenían unos rasgos eminentemente adultos. Si de veras hubieran transcurrido esos cinco años, los protagonistas tendrían 33 y 37 años cada uno, mientras que Brandon Routh tiene 27 y Kate Bosworth tan sólo 23, y eso que interpreta a la madre ya madura de un niño de unos cuatro años. Nos encontramos por tanto con un rejuvenecimiento de los personajes, mayor incluso que el de la serie sobre el mismo personaje Smallville que se centra en su juventud. Parece que Hollywood quiere olvidar el dicho de que la arruga es bella y prefiere contar con actores jóvenes que encajen con un público potencial mayoritariamente adolescente. A nivel global las más de dos horas y media de metraje no
se hacen pesadas, pero sí que muchas de las escenas de acción se alargan en
exceso, se encadenan de manera consecutiva sin opción al descanso y la película
perfectamente hubiera alcanzado las mismas cotas de calidad con 20 minutos
menos robados aquí y allá a las escenas de acción. Se intuye ya como algo
recurrente que muchas superproducciones se vayan a metrajes muy extensos cuando
la historia que tratan de contar no da para 120 minutos. Esto resulta contraproducente en un panorama audiovisual
que busca el consumo fácil y rápido en las multisalas, que permita emitir doce
veces la misma película en un mismo día. Lo que sí es de agradecer en este film
es que algunas de las escenas reflexivas de la película sean lentas, sosegadas
y se enfoquen al modo del cine clásico, sin el trajín propio de la estresante
vida del siglo XXI. Valoración:
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